NUESTROS PRINCIPIOS

Nuestro Colegio Parroquial “Santa Rosa” busca la formación humanista dentro de una vivencia democrática, de buen clima para el éxito de los servicios y acciones de evangelización y espiritualidad franciscana, en el espíritu de María de la Pasión y fundamentalmente en el seguimiento a Cristo, busca la formación integral de las estudiantes en un ambiente de armonía y paz, que sean protagonistas de un cambio en la sociedad desde la razón y la Fe. Nuestra formación se hace visible en los siguientes principios:

Principio de la contemplación

(Juan 1,14; 14,9; 20,29; 21,7; Ef. 3,18-19) Este principio será “Ver” con los ojos de la fe más allá de la superficie de las cosas y de las ideas. Es “ver” a Jesús, su “gloria” de Hijo de Dios hecho hombre. En las circunstancias pobres de la vida de Jesús y de sus signos, se intuye su misterio “Quien me ve a mí, ve al Padre”. En el camino de la oración, “contemplar” es “ver” a Jesús donde parece que no está, en la bruma, en la propia sequedad y pobreza, en la Palabra de Dios que está siempre más allá de nuestras ideas, sentimientos y experiencias.

Contemplar es ver a Jesús en nuestra labor educativa y ayudar en el fortalecimiento de la fe cristiana en nuestras estudiantes.

Principio de seguimiento a Cristo

Este principio guiará el estilo de acompañamiento que haremos a las estudiantes siguiendo el carisma de María de la Pasión quien entrega su vida a la Iglesia y al mundo iluminando y encarnando los acontecimientos de la vivencia del Misterio Pascual, como ejemplo, en comunión profunda con la Iglesia y fidelidad renovada, haciendo que en cada acontecimiento descubran a Jesús, que nos hace entrar en el misterio de amor que es Dios.

Así como lo hizo Santa Rosa de Lima, San Francisco de Asís y María de la Pasión en su tiempo y contexto que nos invita también a toda la comunidad educativa a seguir a Cristo, desde la labor que realizamos.

Principio de la Oración (Lucas 1,11)

La oración es un factor importante en la vida y misterio de Jesús. Dedicar cada día un momento de oración será parte integral de la contemplación y misión. Profundizando en la rica espiritualidad de nuestra fundadora, ayudaremos a las niñas y adolescentes a descubrir la alegría de entregarse totalmente a Cristo.

La oración como una práctica constante que nos lleve a la acción.

Principio mariano (Lucas 1, 26)

Amar y venerar a María como Madre, modelo y guía de seguimiento a Cristo en su respuesta al Plan de Salvación, imitando sus virtudes y haciendo vida la exhortación de San Francisco de Asís: “Pongan los ojos ante todo en el ejemplo de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Jesús, siguiendo el mandato de San Francisco, que profesó una grandísima veneración a Santa María, Señora y Reina, Virgen hecha Iglesia.

Que la labor educativa sea siempre una respuesta generosa al proyecto de Dios desde la escuela.

Principio franciscano (Mt. 22,39; Mc. 12,30.)

Tener como Fundamento la vivencia del Santo Evangelio en el seguimiento de Cristo, a la manera de San Francisco, quien de Él hizo el centro de su vida, promoviendo la paz y el sentido eclesial que reflejan la verdadera pobreza de espíritu, donde la simplicidad recibe honor, la pobreza es ensalzada y se valora la humildad.

Principio humanista (Génesis 1, 26)

Priorizar el valor de la dignidad del hombre como un ser importante y valioso por sobre todo lo material, creado a imagen y semejanza de Dios. Dando una educación que integra el cuerpo y el espíritu; la ciencia y la fe; la cultura y la vida; la acción y la contemplación; la teoría y la experiencia; el saber y el enseñar para que cada persona se realice plenamente en sus tres áreas fundamentales: Desarrollo de los conocimientos; desarrollo humano y espiritual, propiciando la actitud creativa y crítica; y la autodeterminación, la ética y la moral.

Principio fundacional

Las personas que comparten el carisma de las hermanas Franciscanas Misioneras de María, encuentran su dinamismo en la contemplación y seguimiento de Cristo, en la oración y la adoración ante Jesús Eucaristía, presencia viva, hecha Palabra y Pan que se parte y se reparte para que el mundo tenga vida.

Principio ambiental y del bien común (Génesis 1, 1)

Amar a la naturaleza como hogar de la humanidad considerando a todos los seres procedentes de un mismo origen, llamados a vivir en armonía, fraternidad y comunión universal. San Francisco de Asís, nos enseña a buscar el diálogo fraterno con las criaturas, viendo en ellas la manifestación de la bondad y sabiduría de Dios.